Sunday, August 8, 2010

amor imposible?

Les contare una historia de amor, tal vez no correspondido, tal vez si. Tú me dirás mientras yo solo relato esta historia de mi felicidad.

Su nombre era Amanda y era perfecta, con su cabello largo y su piel clara y unos ojos ¡que derretían a cualquiera! todos la querían y ella regresaba ese amor a todos. Tan dulce y tan linda
Cada día que pasaba en la clase la veía... Su cabello brillaba cada vez que se movía a tomar algo de su bolsa. Su sonrisa ¡iluminaba el salón cada ves que reía! era perfecta.

Mas de una ves me intente acercar y hablar con ella pero en el momento en que se volteaba a verme y me sonreía con sus lindos labios y sus ojos color ámbar solo podía derretirme y salir corriendo! pero ella jamás se inmuto o cambio conmigo siempre tenia una sonrisa para mi.

Y así paso por muchos años. Termine el colegio y todos nos fuimos en caminos separados y no la vi. mas.

Tuve mis novias y demás pero jamás la olvide, jamás olvide sus ojos ámbar y su sonrisa de cielo que me derretía.

Así era mi vida hasta un feliz día en octubre, el tiempo de cambiar las hojas y esos tonos carmesí en el cielo. Estaba tomando café para iniciar el día de trabajo y la vi. Leyendo un libro mientras giraba lentamente un cucharilla en su te caliente.

No pude evitar levantarme y sentarme frente a ella con mi café en mano, sonriendo ampliamente con la esperanza de que no se asustara. -hola Amanda ¿me recuerdas? es Carlos ¿del colegio?- le dije algo tímidamente recordando todos esos momentos pasados. Ella por dos segundos busco en su memoria y ¡me encontró! su mirada cambio totalmente - ¡Carlos! claro que te conozco y te recuerdo. ¿Como estas lindo? -

Lindo... apenas dijo eso me derretí, mis defensas cayeron y la estúpida frase de seducción que tenía preparada se fue por los rincones de mi cabeza, tal vez fue mejor así- como estas Amanda ¿que es de tu vida? no se nada de ti desde que nos graduamos. ¿Estas casada? ¿Vives por acá? cuéntame.- decía yo tontamente tratando de no hacerle ver mi nerviosismo - jeje pero Carlos ¡tu siempre fuiste tímido! que te paso, no es que me queje te digo, así me gustas mas- sonrió y ya definitivamente morí a sus pies.

Luego de eso nuestra conversación fluyo tan naturalmente que me maldije a mi mismo por no haber tenido el coraje hace tanto tiempo de hacer esto. Habría pasado tantos momentos junto a ella tantos ratos para decirle ¡que la quería mucho! -¿Carlos? ¿Me estas escuchando? - dijo mientras tocaba mi brazo, por un momento me dije ¡estúpido! ¡La estas dejando ir! - pareciera como si estuvieras pensando o recordando algo lindo ¿me cuentas?- rayos...

El día pasó rápido y todo iba viento en popa. La deje ir y yo fui a mi casa alegre como un globo, esquivando los alfileres del resto del día que podrían hacer que mi felicidad se fuera al caño. Todo fue tan bien que hasta me dijo para salir de nuevo y le di mi número, así seria ella la que llamara.

Y la llamada ¡no tardo mucho! ese fin de semana me llamo para salir y conversar, conocernos mas "ya que nunca lo hicimos cuando éramos niños" pareciera que me leyera la mente a veces.

La emoción y la excitación que tenia en ese momento era tan palpable que hasta mi perro se impresiono y me buscaba para darme cariño. Quedamos en vernos en el muelle de la ciudad, hay buenos restaurantes y son vistas muy bonitas, tal vez eso me ayudaría.

Yo iba vestido de camisa gris con una chaqueta de cuero marrón, unos jeans marrones y zapatos de vestir marrón. Me mire en un espejo y mi piel blanca y mis ojos pardos no veían mal en este conjunto, solo mi pelo castaño claro desentonaba pero bueno, me imagino que no todo se puede ¿cierto?

Seguí en mis adentros pensando como es posible que exista gente que va a los muelles solo para ir a sus bases y meter sus lenguas en el otro, cuando un toque en mi hombro me saco de mi neblina mental y caí en la mejor realidad de todas. ahí estaba ella con toda su belleza, con su cabellera pelirroja sobre su espalda y cuerpo haciendo total contraste sobre su piel algo bronceada, recordé que me dijo que le gustaba correr, traía un vestido verde con unas botas largas y el bolso de mujer que nunca puede faltar y me dijo - ¿nos vamos? espero gustarte- y mientras hablaba dio una pequeña vuelta para que la viera y a su espalda descubierta, sus ojos ámbar no paraban de verme y su cuerpo de sirena se veía muy hermoso - claro si acá ya no tengo mucho que hacer aparte de verte a ti- dije pensando muy en mis adentro "oh por dios que esa línea funcione".

Nuestra cita fue algo bastante simple, pensé que seria lo mejor no comenzar fuerte, por lo que fuimos a comer en un sitio que ya conocía en el muelle. luego de nuestra segunda copa vino las palabras fluyeron aun mas fácil que antes, tan maravilloso el alcohol para liberar las inhibiciones - y cuéntame Carlos haré la pregunta del millón ¿porque un hombre tan culto, gracioso y lindo, aun esta solo? porque me estas empezando a gustar y me gustaría saber si de algo me tengo que cuidar de algo, alguna ex loca o tal ves hijos escondido- lo dijo riendo un poco mientras me alegraba el día - bueno pues hasta ahora no e conseguido la mujer adecuada es todo- lo dije mientras resistía las ganas de decirle que ella es la única mujer que siempre me movió el piso.

Luego de comer y caminar un rato por el muelle y ver mas personas con sus lenguas en otros lugares fuimos a un café, que resulto estaba cerca de su casa. Cuando llegamos el sitio estaba lleno, al parecer un creador de un juego de mesa estaba ahí y muchos adolescentes y hombres jóvenes estaban ahí, así que parecía imposible tener una charla normal y tranquila. Ella me tomo del brazo suavemente y cruzamos la calle y nos dirigimos a la entrada de un edificio – pues creo que aquí no podremos hablar así que te llevo raptado a mi casa y ahí estaremos mas tranquilos – por mi me podrías poner en trabajos forzados en una mina de oro – si, si me parece buena idea chica ¿no te molesta? Primera cita y todo eso, ya sabes- decía, pero secretamente rogaba porque no le prestara atención a mi sugerencia – no tranquilo, nos conocemos desde niños y no eras un psicópata no creo que eso haya cambiado- reía con esos labios carnosos tan apetitosos para besar – créeme que no lo soy, para que privar al mundo de chica tan bella y hermosa- decía mi cumplido y ella ruborizada no volteo mientras me dirigía hasta su edificio.

Llegamos a su apartamento. Un pequeño apartamento de dos habitaciones donde se veía que otra persona había vivido con ella pero no parece que existiera una relación amorosa con ella, tal vez familia o alguna amiga. Me hizo pasar a una salita de espera mientras ella estaba sola en la cocina preparando café mientras cantaba o tarareaba, la verdad no entendí mucho pero se sentía muy alegre y para mis adentros me felicite y también me preocupe por hacerla aun mas feliz, ella lo merecía.

Hablamos sentados en una terraza que daba hacia la ciudad, y esos mismos tonos carmesí comenzaban a teñir el cielo y amenazaban con envolvernos, creo que el momento no podía ser más adecuado o perfecto para lo que paso en ese momento. Tímidamente sentí sus dedos entrelazarse en los míos, su mano buscar mi calor y su cabeza mi hombro. Yo como podrán saberlo ya moría de miedo, y paso lo mas mágico de todo.

Ella volteo mi cara y me beso lenta y apasionadamente, sentí que todo me daba vueltas y sabía…

- ¿entonces así conociste a mama?- dijo mi hija mientras pintaba su tarea – si así la conocí y como te dije desde ese momento desde ahí sabia que seria la mujer de mi vida- termine mientras levantaba a mi hija de su silla – ahora vayamos a ayudar a tu mami, a terminar la comida ¿si?.